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Martín Fernández de Enciso

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Suma de Geographia de Martín Fernández de Enciso, publicada en Sevilla en 1519.

Martín Fernández de Enciso (Sevilla, hacia 1469-ibídem, hacia 1533)[1]​ fue un conquistador[2]​ y geógrafo español.

Trayectoria

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No se dispone apenas de información sobre la infancia y juventud de Martín Fernández de Enciso, solo que probablemente era de Sevilla y que debió de estudiar Derecho, por lo que se llamaba bachiller. Pasó a las Indias en 1504, probablemente en la flota de Nicolás de Ovando.[1]

En 1509 Enciso, que residía en Santo Domingo y había acumulado una pequeña fortuna de unos 2.000 castellanos, accedió a ayudar a Alonso de Ojeda, que estaba preparando una expedición a la provincia de Urabá (Nueva Andalucía, en la actual Colombia), a cambio del cargo de alcalde mayor de la nueva gobernación.[3]

Ojeda partió primero pero fue derrotado por los indígenas y terminó huyendo a Cartagena. Enciso llegó entonces al mando de una carabela y un bergantín,[4]​ con más hombres y provisiones. En la nave de Enciso iba también de polizón un soldado llamado Vasco Núñez de Balboa. Enciso animó a los supervivientes de la expedición de Ojeda a no darse por vencidos y se dirigió con ellos de nuevo a Urabá, donde volvieron a sufrir el hostigamiento de los indios.[3]

Enciso y Vasco Nuñez de Balboa se encontraron en el precario fuerte de San Sebastián de Urabá al mando de Francisco Pizarro, más tarde conquistador del Perú. La resistencia era desesperada y las tropas españolas habían quedado aisladas entre poblaciones hostiles. Enciso quería resistir mientras que Balboa propuso pasar a la otra orilla del golfo, donde los indios eran más amistosos, a Darién. Balboa ganó el favor de los soldados y Enciso perdió el mando. Balboa fundó en 1510 Santa María de la Antigua del Darién, en cuya construcción colaboró Enciso, y se impuso al gobernador de Veragua, Diego de Nicuesa, que reclamaba que la nueva ciudad estaba en su territorio. Las rencillas entre bandos de conquistadores acabaron llevando a Balboa a arrestar a Enciso y confiscar todos sus bienes. Finalmente, por presión de los partidarios de Enciso, aceptó liberarlo con la condición de que embarcase en el primer barco que se dirigiera a España.[3]

Fernández de Enciso regresó así a Europa. En julio de 1512 estaba ya en la Corte en Burgos, donde presentó una lista de los gastos que reclamaba contra Balboa.[5]​ De allí pasó a Sevilla en 1513, donde la Casa de la Contratación le dio la razón. En 1514, partió de nuevo hacia Tierra Firme, que ahora se llamaba Castilla de Oro, con la gran expedición de Pedrarias Dávila, con el cargo de alguacil mayor.[3]​ Capitaneó una de las entradas ordenadas por Dávila, hacia la región de Cenú, donde se creía había oro.[6]​ Enciso puso en esta ocasión en práctica el Requerimiento, un texto que él mismo había contribuido a redactar y que conminaba a los indígenas a aceptar la fe cristiana y a rendir pleitesía al rey de Castilla. La respuesta que recibió fue que "en lo que decís que no había sino un Dios [...] que les parecía bien y que así debía ser; pero en lo que decía que el Papa era señor de todo el Universo en lugar de Dios y que él había hecho merced de aquella tierra al rey de Castilla, dijeron que el Papa debiera estar borracho cuando lo hizo pues daba lo que no es suyo y que el rey que pedía y tomaba tal merced debía ser algún loco".[1]

En 1515 retornó a España y en junio de 1516 se encontraba en Madrid reclamando de nuevo contra Vasco Núñez de Balboa.[7]

Estuvo implicado en las controversias jurídicas sobre los derechos de los indios.[1]​ Dijo que "era muy razonable que el rey enviara hombres para exigir a los indios idólatras que le entregaran sus tierras, pues se las había dado a él el Papa. Si los indios se negaban, podía con toda justicia declararles la guerra, matarlos y esclavizar a los que no murieran en la batalla, exactamente como Josué había tratado a los habitantes de Canaán.[cita requerida]

En 1526 Enciso consiguió de la Corona una capitulación para ir a descubrir, conquistar y poblar la costa entre el golfo de Aljófar y el cabo de la Vela, en la actual Venezuela.[8]

Había casado con Juana de Rebolledo.[9]​ Tuvieron al menos tres hijos: Rodrigo de Rebolledo, que le sucedió como alguacil mayor de Tierra Firme en 1523[10]​ y fue alcalde mayor de Nata por 1538; Catalina de Mendoza, que pasó a Tierra Firme en 1538;[11]​ y Juan Fernández de Rebolledo, que también pasó a Tierra Firme en 1538[12]​ y fue alcalde mayor de Panamá por 1549.

Vasco Núñez de Balboa fue ejecutado por Pedrarias Dávila en la plaza de Acla, el 19 de enero de 1521.

Del final de Enciso se sabe que en 1530 se encontraba en Sevilla, mal de salud, y que debió fallecer pocos años después.[1]

Suma de Geographia

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En 1519 Enciso publicó en Sevilla, en la imprenta del alemán Jacobo Cromberger, la Suma de Geographia que trata de todas las partidas y provincias del mundo en especial del Reino de la Nueva Granada y Nueva Andalucía, actuales Colombia y Panamá y trata de lo observado por los conquistadores en el litoral atlántico, desde el Istmo de Panamá hasta el Cabo de la Vela en Colombia.

Se trata de la primera descripción sistemática del Nuevo Mundo. Se inspira también de autores clásicos como Ptolomeo o Estrabón. Fue corregida y reeditada en 1530 y 1546, y la parte geográfica fue traducida al inglés en 1578.[13][14]

Si bien Enciso afirma en su libro que ha realizado «una figura de una esphera en llano», ninguna de las ediciones conservadas contiene ningún mapa. No es por tanto probable que se deba a un olvido o a una pérdida, mientras que es posible que la publicación del mapa fuese prohibida por las autoridades.[1]

Suma de Geografía es la primera obra de Literatura colombiana, clasificándose como literatura de la época de la conquista. Revela que los conquistadores poseían cierto grado de cultura como para redactar crónicas, narraciones y noticias desde el Nuevo Mundo:

Fragmento de la Suma de Geografía


Darién. "Está cinco leguas adentro del golfo el Darién, que está poblado de cristianos, y aquí cogen oro fino en unos ríos que descienden de unas sierras altas y montuosas. En estas sierras hay muchos tigres y leones y otros diversos animales y gatos rabudos, que son como monas, sino que tienen grandes rabos; hay puercos; hay unos animales tan grandes como vacas y carnudos, de color pardo, que tienen los pies y las manos como las vacas, la cabeza como una mula con grandes orejas; llámanlas en aquella tierra vacas mochas. Tienen la carne muy buena de comer. Otros animales hay muchos. Yo tomé por mi ventura aquel lugar, que fue el primero que se tomó en aquella tierra; y vi todos estos animales, y dijéronme algunos que habían visto onzas; pero yo no las vi; pero vi que en un río que pasa por el lugar del Darién había muchos lagartos grandes tan gruesos en el cuerpo como un becerro; y si veían algún otro animal o perro o puerco o hombre acerca del agua salían del agua y arremetían a él y si lo alcanzaban llevábanselo al agua y comíanselo. Yo me acerqué a matar el primero que se mató; y vi que le echaron más de diez lanzas que así como daban en él saltaban como si dieran en una peña y después fue un criado mío por través de él y atravesóle una lanza de un golpe por medio del cuerpo y así lo matamos; y muerto y sacado a tierra hallamos que tenía por cima del lomo, que le tomaba desde el pescuezo hasta la cola una concha que lo cubría todo, que era tan fuerte que no había lanza que lo pasase; y debajo de aquella, que era desde el medio cuerpo abajo hacia la tripa era como otros lagartos, y por aquella parte tenía la lanza atravesada; tenía tres palmos de boca desde el hocico hasta el cabo de los dientes; tenía por cada parte dos órdenes de dientes, los más fieros que jamás vimos yo ni los que conmigo estaban. Aquel se desolló y comió su carne; era blanca y gentil olía a almizcle; era buena de comer. También vi comer la carne de los tigres y de los leones, y vi algunos hombres matar solos en su cabo a los leones. Los tigres son más grandes de cuerpo que los leones, y tienen muy recios brazos y mucha fuerza, pero son pesados, que corren poco y son de poco corazón. Acontecía ir un tigre tras un hombre una legua hasta llegar al lugar, que nunca el hombre iba sino a su paso y el tigre tras de él cuanto tres o cuatro lanzas apartado detrás; y en toda una legua no osar acometer al hombre. Los lagartos en el mes de enero y febrero crían de esta manera: cuanto más hierve el sol hierve engéndrase los lagartos en los huevos; y después horádanlos y sálense de los huevos y vanse al agua. Son los huevos grandes como de ánsares y aún mayores, y no tienen cascas, sino unas brinzas, como las que las gallinas ponen algunos sin cascas; son buenos y de buen sabor; pone de una postura cada lagarto sesenta y setenta huevos de comer y de buen sabor.[15]

Véase también

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Referencias

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  1. a b c d e f Cuesta Domingo, Mariano. «Martín Fernández de Enciso». Diccionario Biográfico Español. RAH. Consultado el 2 de noviembre de 2018. 
  2. MCN Biografías. «Fernández de Enciso, Martín (1470-1528)». 
  3. a b c d Ignacio Fernández Vial (1 de agosto de 2009). «Martín Fernández de Enciso: Cartógrafo del Nuevo Mundo». ABC de Sevilla. Consultado el 2 de noviembre de 2018. 
  4. Biografías y vidas: Martín Fernández de Enciso
  5. Reclamación conservada en el Archivo General de Indias y transcrita en Altolaguirre, Vasco Núñez de Balboa, 1914, pp.12-13.
  6. Extracto de la carta de Enciso, fechada a 26 de noviembre de 1514, en la Colección Muñoz y transcrito en Altolaguirre, Vasco Núñez de Balboa, 1914, pp.65-66.
  7. Petición conservada en el Archivo General de Indias y transcrita en Altolaguirre, Vasco Núñez de Balboa, 1914, p.116.
  8. Zubiri Martín, María Teresa (1976). «La capitulación del bachiller Enciso para la costa del Aljófar». En Ramos, Demetrio, ed. Estudios de Historia venezolana. Caracas. p. 179.207. 
  9. "Merced a Juana de Rebolledo", 4 de julio de 1513, Archivo General de Indias, PANAMA,233,L.1,F.23V
  10. "Título de alguacil mayor Tierra Firme a Rodrigo de Robledo", 27 de marzo de 1523, Archivo General de Indias, PANAMA,233,L.1,F.23VL.1,F.330R-331V
  11. "Catalina de Mendoza", 9 de octubre de 1538, Archivo General de Indias, CONTRATACION,5536,L.5,F.135R(2)
  12. "Juan Hernández de Rebolledo", 9 de octubre de 1538, Archivo General de Indias, CONTRATACION,5536,L.5,F.134V(2)
  13. Cuesta Domingo, Mariano (2000). «La influencia de la náutica española en Europa». En Gómez Ortiz, Antonio, ed. Carlos V. La náutica y la navegación. Sociedad estatal para la conmemoración de los centenarios de Felipe II y Carlos V. pp. 53-74. ISBN 847782732X. 
  14. La traducción parcial al inglés fue realizada por John Frampton y se titula A briefe description of the portes, creekes, bayes, and hauens, of the Weast India: translated out of the Castlin tongue by I.F. The originall whereof was directed to the mightie Prince Don Charles, King of Castile.
  15. Núñez Segura, Jose A. (Mayo de 1957). Literatura colombiana (Tercera edición). Medellín: Bedout. p. 8 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). 

Enlaces externos

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